Dime qué comes y te diré cómo vives Una dieta saludable nos impedirá entrar en el “Club de los Enfermos” Por la Dra. Rosie Gallegos Main Uno de los aspectos más desafiantes de mi profesión como doctora es el poder convencer a mis pacientes para que modifiquen sus dietas y abandonen los hábitos perjudiciales que son causantes de enfermedades. Muchos de ellos se rehúsan a admitir -o no llegan a entender- que el escoger la alimentación incorrecta los puede poner en un club al que nadie quiere pertenecer: uno en el cual millones de americanos sufren de enfermedades amenazadoras. Lamentablemente, por ideas falsas, o lo que llamamos mitos, la mayoría terminará engrosando las estadísticas de enfermedades… a menos que estén dispuestos a cambiar sus hábitos alimentarios. Estadísticas que asustan Resido en los Estados Unidos y las estadísticas son alarmantes a pesar de que los americanos gastan miles de millones de dólares en el cuidado médico. Estamos entre las naciones más industrializadas en el sector salud; tenemos más enfermedades degenerativas que cualquier otro país en el mundo; 1 de cada 2 personas se morirán de ataques al corazón y embolias; 1 de cada 3 se morirán de cáncer; 1 de cada 8 mujeres tendrá cáncer de seno. Lo que muchos en este país no se dan cuenta, es que estas estadísticas alarmantes son únicas para los Estados Unidos. De hecho, en este país tenemos enfermedades que otros ni siquiera tienen nombre para ellas, incluyendo la osteoporosis (que ni siquiera existe en Okinawa), enfermedades autoinmunes, enfermedades del corazón y cáncer. Sin viajar a otras naciones o sin estudiar sus respectivas estadísticas de salud, mucha gente cree simplemente que es normal que estas aflicciones se nos impongan. Mientras que estas enfermedades son comunes, sufrir por ellas está muy lejos de lo normal. Los habitantes de países como Okinawa, China e Indonesia no solo viven más que los estadounidenses, sino que viven libres de enfermedades degenerativas. Simplemente mueren de mucha edad, algo que es muy raro ver ahora en los Estados Unidos. Aquí simplemente asumimos que muchos probablemente morirán por enfermedad. Este tipo de pensamiento es un mito común a los americanos. Yo recuerdo un hombre de Okinawa que salió en la portada de la revista Newsweek un tiempo atrás. Saber que él tenía 102 años me llamo la atención, pero no era el aspecto más impresionante de la historia. Sorprendentemente, este anciano todavía trabajaba sus tierras cada día. Lo que valía más del relato era el hecho que él no era la excepción, sino solo un ejemplo entre sus compatriotas. Los jóvenes ya acusan los malos efectos Pero allí mismo, las generaciones jóvenes están empezando a sufrir de enfermedades degenerativas. Vemos muchas mujeres teniendo problemas de tiroides, sobrepeso, hormonas desequilibradas, y desafortunadamente están tomando muchos medicamentos que causan efectos secundarios reales. ¿Por qué? Sus hábitos alimentarios no se parecen en nada a los de las generaciones anteriores. Si usted cree que la genética tiene algo que ver, piense otra vez. Cuando los ancianos de Okinawa emigran a otros países, ellos comienzan a sufrir las mismas enfermedades que hay en los lugares a donde llegan. Por ejemplo, si se mudan a los Estados Unidos, el riesgo de ataques al corazón y embolias incrementa notablemente, por los nuevos alimentos que incorporan. Aquí nosotros simplemente aceptamos lo que creemos que es nuestro destino final. Pensamos: “si mi padre tenía problemas del corazón, yo también los tendré, porque heredo los genes”. Esto no es cierto, es solo otro mito enturbiando el razonamiento. Si bien se considera que podamos tener una genética débil con predisposición a repetir la historia, pocos entienden que nosotros mismos somos los que contribuimos a que esto suceda. ¡Cuidado con la comida procesada! Veamos como ejemplo a los Indios Pima del sur de Rusia. Antes de la segunda guerra mundial, esta tribu tenía índice cero de diabetes tipo II. Después de adoptar una dieta que incluía comida procesada, ahora más del 50% de los Indios Pima sufren de esta enfermedad. Obviamente, tienen una genética débil para estas enfermedades. Pero cuando volvieron a una dieta que era natural y hecha para ellos, ya no tuvieron la enfermedad, a pesar de la predisposición genética de la diabetes. Desafortunadamente, mi madre representaba a personas que creen que ellos no pueden controlar su destino de salud. Nuca cambió su estilo de vida y lamentablemente perdió su vida por la diabetes, y recientemente también perdí a mi hermana. El problema con esta manera de pensar es que las personas no solamente se dejan doblegar por la enfermedad y mueren antes de tiempo, sino que desafortunadamente para muchos hay años de sufrimiento entre el inicio de la enfermedad y la muerte. Las enfermedades no solo causan sufrimiento, también les roba a muchos la habilidad de poder disfrutar de las cosas que aman y la habilidad de hacer lo que Dios quiere que hagamos. Las enfermedades les impiden glorificar a Dios en la manera que Él quisiera. Es muy difícil cumplir el propósito de nuestras vidas mientras hay que soportar el dolor y sufrimiento. Yo soy testigo de esto por experiencia propia. Dios aún puede transformarlo todo para bien, pero eso no significa que ése es Su destino para nuestras vidas. Debemos aprender sobre dietas saludables Pero, gracias a Dios, algo bueno salió de esto. Mirar a mi familia sufrir me llevó a una misión de hacer saber la importancia que tiene mantener la salud por medio de hábitos alimentarios correctos. Nadie les enseñó a mis padres que la salud y la curación vienen de adentro, y que Dios nos creó con un cuerpo que es capaz de superar todas las enfermedades. Ellos simplemente siguieron tomando sus medicamentos, pensando que estarían bien hasta que su salud se deteriorara. Solo se enfocaron en sus síntomas, pero nunca en la raíz que causó sus enfermedades. Mi esperanza y oración por ti es que estés dispuesto a hacer cambios importantes en tus hábitos de alimentación para que no pases a engrosar las estadísticas de salud negativa, como sucedió con mi familia. Mi dicho favorito es: “Dios y nuestros cuerpos no necesitan ayuda para sanar, lo que sí se necesita es eliminar la interferencia que bloquea el funcionamiento correcto para operar en la manera en que Dios lo creó”. Los doctores debemos permitir que el cuerpo de nuestro paciente haga su trabajo para sanar, y no solo cubrir el síntoma, que la mayoría de las veces es doloroso, costoso, y con medicinas que no funcionan. Todos necesitan entender y aplicar los tres cambios básicos de dieta -hábitos de alimentación- para permitirle al cuerpo que funcione como es debido. Y me refiero a esta dieta como el “Plan Básico de Nutrición”. Las tres reglas básicas 1. Si el alimento no fue creado por Dios, no lo comas. (Si no puedes leer los ingredientes o no sabes qué es, no lo comas).
2. Si el alimento fue alterado por el hombre, no lo comas.
3. No dejes que ninguna comida sea tu ‘dios’. Si puede estar sin esto, deséchalo:
Los tres cambios básicos Hay varios cambios de nutrición que necesitas hacer. Estos tres cambios básicos son sin duda los más efectivos y críticos para prevenir las tres primeras causas de muerte con riesgos más altos. Los dos primeros son muy simples de implementar porque son básicamente ‘intercambio de ingredientes’. Si estás comiendo grasas y carnes manufacturadas, solo reemplázalas con grasas y comidas naturales, tal como fueron hechas por Dios, sin modificar ni adulterar. En realidad, toma muy poco esfuerzo el educarse a sí mismo para incorporar las nuevas comidas que te van a beneficiar. El tercer cambio es una batalla y debe implementarse después de hacer los dos primeros. Este cambio puede ser difícil, pero te llevará a una transformación de tu salud que no querrás abandonar por nada una vez que la experimentes. Es necesario que te impongas metas estrictas para implementar cada cambio. Por ejemplo, la transición de comer todas las grasas y carnes naturales, las que Dios hizo, en 60 días. Y el tercer cambio, la eliminación de todo el azúcar procesado y refinado, en 90 días. 1. Eliminar las grasas malas (manufacturadas, adulteradas, con procesos químicos) – Reemplazarlas con las grasas buenas (naturales, no adulteradas, tal como Dios las creó). Las grasas malas como lo son las hidrogenadas, los aceites parcialmente hidrogenados, las grasas trans, y los aceites de vegetales, están conectados a la congestión celular que lleva al cáncer, la fatiga crónica, y el síndrome neurotóxico. Las grasas malas también están conectadas a la inflamación crónica que es el punto clave en la medicina del siglo 21. Las enfermedades del corazón, embolias, cáncer, diabetes, etc., son la primera causa de muerte en los Estados Unidos y la inflamación está en la raíz de todas estas enfermedades. Las “grasas de Dios” -así es como yo llamo a las grasas buenas- conforman un nutriente escaso en la “Dieta Americana Básica” (SAD: Standard American Diet), sin vitaminas ni minerales. Estas “grasas de Dios” son esenciales para la producción de hormonas, prevención del cáncer, desarrollo del cerebro, bajar de peso, saneamiento de las células, y procesos antiinflamatorios. Entre ellas podemos nombrar: aceite de coco, aceite de oliva, nueces y semillas, huevos, avocado (palta) y las grasas de animales alimentados naturalmente, con pastura. 2. Cambia la procedencia de las carnes que comes. Estamos hablando de la carne de vaca, el pollo, el cerdo, que vienen de los criaderos. Hay más de cien estudios que conectan las carnes con el cáncer y las enfermedades del corazón. Los animales en realidad fueron creados por Dios para comer pasto, entonces el grano y los alimentos “balanceados” con que se los alimenta, cambian la proporción de nutrientes y aminoácidos que producen la grasa buena, llevándonos a las enfermedades del día de hoy. La acumulación de pesticidas comerciales, herbicidas, antibióticos, y hormonas en las carnes es mucho más alta que en los vegetales que se producen comercialmente. Esto nos lleva a muchas enfermedades crónicas y el cáncer. Las carnes de animales alimentados con pastura ofrecen mucho más ácido graso beneficiosos como el ácido araquidónico, el ácido linoleico, y la proporción adecuada de ácido graso de Omega 6 y Omega 3. 3. Elimina todo el azúcar refinado de tu alimentación. Esto incluye el arroz blanco, la pasta blanca, y el pan blanco. La tercera parte del azúcar que consumimos viene de los refrescos o la soda, mientras que los otros dos tercios viene de fuentes escondidas incluyendo: carnes procesadas, pizza, salsa, pan, sopa, galletas, sodas, comida enlatada, yogurt, kétchup, mayonesa, etc. Los alimentos con índice glicémico alto o azúcar refinada causan la elevación de glucosa, lo que a su vez eleva la insulina, llevándonos a una vejez prematura y enfermedades degenerativas como diabetes tipo II, enfermedades del corazón (inflamación de arterias), y el cáncer. El azúcar es un anti-nutriente que ofrece cantidad escasa o nula de vitaminas y minerales, y le roba a tu cuerpo los nutrientes valiosos. Esto inevitablemente nos lleva a las enfermedades del nuevo milenio como la fatiga crónica, ADD, ADHD, enfermedades del corazón, diabetes, y cáncer. Recuerda que el azúcar refinado altera y eleva la insulina y leptina. La elevación alterada y prolongada de insulina y leptina, lleva a la resistencia de leptina e insulina. La resistencia de insulina y leptina causa diabetes e impide bajar de peso o la inhabilidad de quemar grasa para energía, respectivamente. Si te decides a dar estos pasos básicos, comenzarás a cambiar tu destino de salud. Recuerda cuál es la razón para cambiar: no es solo la intención de perder peso, sino el estar abundantemente saludable para vivir 100% tu vida, a pleno, tal como fue el diseño original de Dios. Rosie Gallegos Main, quien reside en Garden City, Idaho, USA, está casada con el Dr. Jonathan Main y tienen mellizos varones a quienes consideran un verdadero milagro de Dios. Ella es Doctora Quiropráctica habiéndose graduado con honores, y obtuvo su Licenciatura en Ciencias magna cum laude. Como conductora de programas radiales, conferencista internacional, Doctora oficial de los equipos de USA de Lucha, Pesas y Judo, y atendiendo a sus pacientes, lleva adelante la misión de cambiar la calidad de vida de muchos. Dra. Rosie Gallegos Main LaDulceSolucion.com
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Enero 2021
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